Florencio Godoy Cruz, un poeta, escribió
“A la muerte de Antonio Gil”
No asomarán a sus ojos el fuego de los luceros
ni el payé de su mirada su enemigo detuvieron.
Le dio su propio cuchillo al fin su fiel compañero
Y hubo un silencio profundo en el monte espinillero.
Yo te perdono, chamigo, y en señal de compañero
cuando llegues a tu casa el hijo no estará muerto.
Callaron pájaro y viento en el monte espinillero.
Colgado está de los pies degollado el pai ubrero.
Y está la cruz que trajera quien dio el tajo al prisionero
cuando halló al hijo ya muerto, resucitado en Enero.
Cómo encontrar su lugar de peregrinación
En su lugar de peregrinación, donde se lo recuerda, reza e implora al Gauchito se encuentra además de su mausoleo, un oratorio donde se puede leer una copia de un chamamé que lleva la poesía de una poeta correntina y música del chamamecero Roberto Galarza. La obra se titula “Injusta Condena” y dice:
En esa cruz del camino
mojón de vida y de muerte
siempre estuvo un espinillo
custodio fiel de tu muerte.
El viento acunó banderas
enastadas en tacuaras
y en esas rojas lumbreras
tu pueblo reza ante el ara.
(Estribillo)
Te ofreciste al Redentor
para aliviar sufrimiento
y ver tu pueblo contento
en un milagro de amor.
Antonio Gil te llamabas
gaucho noble de alma buena
tu vida se vio tronchada
por una injusta condena.